Los asesinos de prostitutas de La Merced

Primera parte. Por Marcela Brilo

Entre los años 1989 y 1993 ocurrieron varios asesinatos a mujeres dedicadas al sexo-servicio y otras trabajadoras de centros nocturnos, sobretodo de la zona del centro de la CDMX, conocido como el Barrio de la Merced. Pero algo los hacía diferentes a cualquiera de los tantos feminicidios que ocurrían desde aquel tiempo. La forma en que aparecían los cuerpos indicaba que se trataba de un mismo asesino. ¿o sería más de uno?

Los cuerpos de estas mujeres comenzaron a aparecer abandonados en las habitaciones de los hoteles de la Zona. Todas mujeres de entre 25 y 38 años, a algunas se les hallaron objetos punzocortantes clavados en sus cuellos como dejando un tétrico mensaje, a otras (la mayoría) las encontraban invariablemente debajo de la cama envueltas en una sábana, y todas habían sido estranguladas. En ocasiones, de hecho, llegó a dejar mensajes en los espejos de los cuartos con los labiales de las mismas víctimas.

Uno de los mensajes que más llamó la atención fue el de “Volveré” y las siglas L.M.B.”

¿Fue uno solo o varios los “mata mujeres”?

prensa del momento advirtiendo sobre el «Maniaco Matamujeres» (imagen del CCC)

Nos remontamos al año 1989 en el Barrio de la Merced que es una zona muy tradicional de la Ciudad de México, está en el mero corazón de la Ciudad y es muy popular. Es una zona con muchísimo colorido, vendedores ambulantes, bullicio, las personas que viven aquí son más o menos de escasos recursos, pero más bien se puede decir que es una zona de comercio informal o muchos locales de los viejos oficios, el sastre, el zapatero, el cerrajero, etc. Y como no podía faltar, pues evidentemente el oficio más antiguo: la prostitución, no pueden faltar en este escenario, digámoslo así.

La inspiración para esta investigación se la debo al documental que, de hecho, recibió varios premios por la dirección y realización de la joven cineasta Yulene Olaizola, se llama «Intimidades de Shakespeare y Victor Hugo«. En él se entrevista principalmente a una persona que resulta ser la abuela de Yulene, Rosa Elena Carbajal.

Lo narran principalmente ella, algunos testigos importantes en el rodaje como su compañera y ayudante general la señora Flor y otras personas que en algún momento habitaron ahí, pues era una casa de huéspedes anteriormente, todos juntos cuentan cómo un día llegó un hombre llamado Jorge Riosse a sus vidas y cómo, para Rosa en especial, se volvió una persona sumamente entrañable.

Ella observaba ciertas cosas muy extrañas en él pero que al parecer él nunca quiso aceptar y las mantenía demasiado ocultas ante todos, se mantuvo siempre como una persona muy misteriosa, y a la vez era muy encantador. Después de ciertos hallazgos y de un evento muy trágico en el cuarto donde él se quedaba, ella comienza a sospechar que Jorge era el asesino que tenía a las prostitutas temerosas y a la policía de la Ciudad en vilo.

Ese fue el documental que al parecer los pocos que se han interesado en retomar el tema han tomado como principal fuente para sus investigaciones. Pero… ¿y si no hubiera sido el único?

¿Cómo reconocer a un asesino en serie?

Sabemos que hay ciertos factores que se deben tomar en cuenta para considerar que un crimen es obra de un asesino serial o solo son crímenes al azar.
Uno de los más importantes o más evidentes es el MODUS OPERANDI, el modo en que aborda a las víctimas, cómo logra someterlas, qué les hace y en qué orden, etc; y lo que muchos llamarían LA FIRMA, es decir si el asesino al retirarse dejaba algún tipo de objeto, o a las víctimas en alguna posición particular o si dejaba o escribía algo repetitivo sobre los cuerpos o en la escena del crimen.

Aquí podemos analizar juntos algunos de esos datos importantes y entender, más o menos, qué muertes corresponden a qué personaje, si todos los cometió el mismo o si efectivamente hubo más de 1 imitador.

Los hechos

Entre el 90 y 93 hubo una serie de prostitutas asesinadas por estrangulamiento (aunque no se menciona con qué las estrangulaban en todos los casos), eran golpeadas, que la mayoría eran envueltas en ropa de cama y dejadas bajo las camas. Esa es la constante que caracterizaría los crímenes del asesino que ocupó los titulares de la prensa de nota roja y policiaca de la época como «El maniaco matamujeres de la Merced».

A continuación enumeraré primero los casos en los que las víctimas aparecieron estranguladas con objetos de oportunidad, es decir, cosas que el asesino se encontraba a la mano aptas para el acto y con las características que acabo de mencionar (es decir envueltas en sabanas debajo de camas).

Víctimas con mismo M.O.

Llegamos al año 1990 el 19 de septiembre; en el Hotel Madrid, aparece Sandra Padilla estrangulada con la correa de su bolso, envuelta en sábanas y debajo de la cama de la habitación, su cuerpo estaba semidesnudo.

Mismo día pero en el hotel Regina, también en el Centro de la Ciudad, aparece otra sexoservidora, igual que la anterior, de nombre Gloria Quinta Hernández.

Otro cuerpo es encontrado el 23 de diciembre del mismo año en el hotel Las Vegas, no se da a conocer el nombre de la víctima, pero se comenta que estaba en las mismas condiciones.

5 de enero del año 1991, es hallada una bailarina de centro nocturno llamad Reyna María Diez, a quien se le conocía como “Bety”, para estrangularla usaron nuevamente un objeto de oportunidad, en este caso sus medias, y ocurrió en el hotel Maya. Esta es la 1ª ocasión que el asesino deja un mensaje pintado con labial en el espejo, dejó solamente las siglas L.M.B.

El 17 de enero de ese año ocurrió otro crimen con las mismas señales en el Hotel Diana, ahora en la Colonia Portales. Zona que sigue siendo muy cercana a la avenida donde también se colocan diariamente varias prostitutas, en Avenida Tlalpan.

Después en septiembre del mismo año aparece otro cadáver con mismas señales de haber sido golpeada y estrangulada, aunque no se menciona el nombre ni más detalles.

Entramos ya al año 1992 y se descubren otros 2 cuerpos con el mismo M.O. Sin nombres ni mayor detalle tampoco.

El 6 de marzo del 92 la mesera de un Bar llamada Adela Viviana Cortes pierde la vida después de ser golpeada y estrangulada con un cordón, semidesnuda de abajo, esto en el Hotel Cadillac nuevamente por la zona centro.

De aquí hasta el 11 de agosto, aparece muerta otra chica de 25 años en la habitación 39 del Hotel Consulado, OJO esto en una colonia muy cercana a la colonia de la casa de Huéspedes de Jorge Riosse en la Colonia Anzures, están prácticamente pegadas. Ella también murió por estrangulamiento con una cuerda delgada.

El 2 de septiembre cuando la mesera de nombre Claudia Castillo se cruza con un hombre quien la lleva al hotel Glorieta y se registra con el nombre de “Manuel Salazar”. Claudia también es golpeada y estrangulada pero algo importante de este caso es que es en donde se deja la palabra “Volveré” pintado con labial en el espejo. Que de hecho muchas fuentes repiten como si fuera el detalle que se repetía en casi todos los crímenes, y no fue así. Parece que este fue el único donde escribió.

El 10 de octubre asesina a una ambulante que vendía joyería a fuera del museo de Bellas Artes, llamada Teresa Aguilar, apodada la “Bomboncito” ella nuevamente es ahorcada con su propia ropa, golpeada y su cadáver abandonado en el hotel Savoy. El asesino esta vez se registró de nuevo con un nombre falso, el de “Alfredo Gaytan”.

Pues el mismo día exactamente (10 de octubre) vuelve a matar, esta vez a otra sexoservidora de nombre Martha Martinez a quien le llamaban “La Escopeta”, ella tiene exactamente las mismas señales, golpeada, estrangulada y encobijada. Esa vez el hombre se registró como «Carlos Castro».

Y de ahí nos vamos hasta el año 1993, exactamente al 8 de marzo en el que aborda a la prostituta de apodo “Flaquita” o también le decían “Margarita” de la que no se conoce su nombre completo, esto en el Hotel Jerez también por la Merced, es tratada con el mismo M.O. Ahora la estrangula con una camiseta blanca. Y se registra falsamente como «Arturo Hernández».

Si contamos, hasta este último crimen son 14 víctimas.

¿Qué se sabía de Jorge Riosse? (superficialmente)

El retrato más conocido del asesino

Como vemos en el documental, lo que Doña Rosa cuenta en un principio es que era un hombre sumamente intelectual, que tenía capacidades que se podría decir “prodigiosas”, como aprender a hablar varios idiomas y mucha vena artística tanto para pintar, cantar, componer canciones y poemas, de hecho de bastante buen nivel, considerando que no era ningún profesional. Pero quizás el detalle clave, era el enorme misterio que rodeaba su persona, su vida privada, y hasta información de lo más básica como en dónde había nacido, quiénes eran sus padres, o en dónde había estudiado; en dónde trabajaba o a qué se dedicaba. Todos esos datos eran algo realmente desconocido para cualquiera cercano a Jorge Riosse. También comentaban que se le veía salir de noche casi a diario y que siempre traía bastantes dólares en su cartera; cosa llamativa, pues aunque vivían en una zona cercana a la Zona Rosa (una colonia de la CDMX famosa por ser visitada por muchos extranjeros y también por la que se mueven con mucha libertad personas de la comunidad gay o LGBTTTI) el hecho de que él mismo portara dinero en moneda extranjera era extraño, sobretodo si no se sabía a qué se dedicaba.

Mencionan, también, que Jorge manifestaba un constante interés un poco más allá de la convivencia sana de casera-inquilino, digamos que medio enamorado de ella o al menos la tenía muy presente. La pintaba constantemente en sus cuadros y le escribía muchas canciones; familiares de Rosa comentan que también ella mostraba muchísima admiración hacia él por las dotes artísticas que mostraba; esto era algo muy seductor para cualquier mujer. Hasta que un día, como de un momento a otro, esa linda relación o admiración de él hacia ella se rompió; según sus propias palabras Jorge manifestó que se había “roto la vibra bonita que sentía por ella, y que ahora le había entrado por su hermana, es decir la hermana de la señora Rosa, así que de inmediato le pintó un cuadro a la hermana y se lo fue a entregar hasta la puerta de su casa en una actitud casi eufórica, sin razón ni palabras previas. Parece que a partir de este momento la actitud de Jorge comenzó a cambiar dramáticamente.

Algunos de los cuadros que Jorge Riosse pintó, firmados como «Jorge Riossenberg».

Poco a poco, se le vio cambiando un poco su actitud; por ejemplo, un día llevó a una chica extranjera a la casa, pero él les platicó que sólo la llevó para robarle algo de dinero y que la botaría en cuanto pudiera. En otra ocasión Rosa vió cómo, mientras platicaban de algo, los ojos le vibraban muy rápido, como si le dieran vueltas, lo cual a ella le llamó mucho la atención porque nunca había visto algo así en alguien. Según expertos esto se llama «nistagmo», los ojos no pueden parar de moverse; en este mal pueden influir patologías del equilibrio en el oído; en el cerebelo, la parte de nuestro encéfalo, o también, (entre varias otras) por alteraciones neurológicas en la parte del cerebro y de las vías nerviosas que controlan los movimientos oculares. Por ejemplo en personas con esquizofrenia, esto se suele dar con frecuencia. Jorge también le confesó a Rosa que sentía mucha ansiedad y angustia, y a veces notaban que no quería salir de su habitación o que no quería comer no volver a escribir ni pintar.

Así continuó hasta un fatídico 9 de abril de 1993, cuando de pronto; como lo cuenta la casera, llegó Jorge a altas horas de la noche, herido de bala ya que la policía lo venía siguiendo. Él se metió en su cuarto de azotea y de buenas a primeras provocó un incendio ahí mismo. El fuego lo alcanzó y le provocó graves heridas, la policía se lo llevó y fue ingresado a un hospital donde con la poca información que se tenía de él trataron de salvarle la vida, pero fue imposible y a los pocos días murió.

Riosse herido después del incendio, imagen tomada del documental «Intimidades de Shakespeare y Victor Hugo»

Doña Rosa y la señora Flor encontraron en los restos de la habitación quemada, algunas frases escritas en la pared que resultaban bastante similares a las letras que se habían hallado en 2 de las escenas del crimen de las víctimas del maniaco matamujeres. Una decía «todas las mujeres son divinas», otra mucho más personal aclaraba «NO SOY HOMOSEXUAL».

Pero lo más perturbador de todo, fue algo que dejó a Rosa totalmente impávida e impactada, fue algo que hallaron en un pequeño maletín; algo que prácticamente confirmó todas las sospechas que ella tenía de él y de sus misteriosas salidas nocturnas. En dicho maletín encontraron multitud de recortes de periódico narrando los crímenes contra mujeres de la Merced, ropa íntima de mujer, algunas credenciales de mujeres y entre lo quemado pedazos de cartas con letra que no pertenecía a Jorge, y un detalle que mencionaba a una de las víctimas.

Todas estas imágenes son tomadas del documental.

Así que hasta ahora con dicha evidencia, que no se conoció por ningún medio en aquel momento; cada quien puede sacar sus conclusiones, ¿qué tanta relación podrían tener los hechos, el misterio de la persona de Jorge, sus misteriosas andanzas a escondidas y lo que se encontró en su habitación?

Pero falta conocer más detalles de su vida, de su infancia; ¿qué pudo orillar a un hombre tan inteligente a cometer dichos actos? Pero otra cosa, ¿hubo algún otro implicado? ¿Acaso las autoridades decidieron cerrar el caso como uno de tantos en ña CDMX y dejarlo sin resolver?

Todas estas preguntas trataremos de resolverlas en la siguiente publicación. Esta es la 1a parte, pero si te comen las ansias y ya quieres saberlo todo, aquí te dejo el link del episodio del podcast en el que se analizó el caso.

Te espero en la 2a parte de «Los asesinos de prostitutas de La Merced».

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