La Temible Bejarano

2a Parte

En la anterior entrada les conté lo que se supo del terrible asesinato que resultó de los atroces y desalmados actos de una mujer que «adoptó» a una pequeña de 7 años como, prácticamente, su esclava. Se hizo un escándalo y la sociedad la odió automáticamente, pero ¿realmente se merecía tanto odio esta mujer? Pues lamento decirles que hasta se quedaron cortos.

Les decía cómo es que la noticia se empezó a correr en los medios y que cada uno tomaba partido en el caso. Y así un medio le respondía al otro con editoriales y opiniones.

Todo escaló hasta el grado de que parece ser se empezó a escribir una obra de teatro, a lo cual el equipo defensor de la acusada metió un amparo. De todos modos seguían saliendo todo tipo de expresiones artísticas ya fuese en grabados como el de Posada, caricaturas, fotografías, esculturas y también corridos. Que por cierto dentro de tantas representaciones de la mujer los de La Patria estaban muy pendientes de otros diarios y reclamaban cuando otro hacía un retrato diferente al de ellos porque decían que el suyo era el más fiel a la fisonomía de La Bejarano (que es el que aparece en amarillo).

Dato exclusivo en esta publicación

Algo sumamente importante fue que precisamente el diario La Patria consiguió por medio de un vecino de la mujer un par de cartas que dejaban más que en claro la clase de sádica que era Martínez de Bejarano. El vecino llegó a la redacción contando que era común ver que la mujer encerraba a su pequeño hijo Aurelio, cuando contaba solo con entre 8 y 10 años, en una caja de madera tapiada, desnudo y en el patio cuando hacía más frío. Un día el pequeño logró romper la caja y escapar; pero al encontrarse en un patio doméstico y las puertas exteriores cerradas, el niño quedó solo deambulando por ahí desnudo, se escondió entre algunas macetas de los vecinos.
Este hombre lo vio y se compadeció de él, ya que era muy noche. Lo invitó a pasar a su casa, le prestó algo de ropa y lo dejó dormir bajo su techo. Al día siguiente venía el otro momento tenso e incómodo, regresar al niño con la madre; así que decidió escribirle una carta pidiéndole que no regañara al niño por haber escapado de la caja, que él se acomidió a prestarle techo y ropa además por lo impropio que resultaba que un jovencito anduviera desnudo por ahí.

A lo que la fría vecina le respondió, que muchas gracias por sus amables intenciones y que ya veía ella que no era tan mala persona como la portera le hablaba de él (lo que llamamos meter cizaña) pero que más amable de su parte sería permitir que el niño cumpliera con el castigo que justamente se había ganado por no realizar sus labores y contestar de mala manera a su venerable madre… Entre más palabrería.

Las cartas se las quedó el periódico como prueba, quizá hasta como recuerdo morboso. Pero ahí están transcritas tal cual. Una prueba más de lo que tenía esa mujer en el interior.

La más famosa imagen de José Guadalupe Posada sobre la Bejarano

Por su parte casi el mismo año fue publicado y apoyado por La patria el libro de un autor de nombre José Negrete, que ahora que lo estuve leyendo me dio la impresión de ser posiblemente uno de los primeros truecrime en la literatura en México, porque aunque casi toda la primera mitad hace una ficción bastante imaginativa de cómo fue concebida la niña víctima y también dibuja ligeramente las peores escenas de lo que una mujer perversa obligaba a hacer a una pequeña a solas en su dormitorio «palabras que esta pluma se rehusa a repetir» como textualmente lo menciona el autor en una de sus páginas, sin embargo, ya en las páginas finales se aboca a plasmar con datos duros lo que iba ocurriendo punto y coma en las audiencias con nombres reales y todo. Y me apego al prólogo del libro en el que Irineo Paz comenta que el autor del libro en lugar de inspirarse en libros antiguos acudió en persona al proceso judicial y que incluso omitió algunos de los detalles más terribles de los que se habló en el juicio. El final parece que sí se dejó llevar por la imaginación, o que (ahora siendo yo la imaginativa) pueda ser que no esperó a que se dictara la sentencia final, y que él a su propio juicio le asignó una cantidad de años que en todas las fuentes aparece muy diferente; José Negrete le asignó 13 años, cuando en la realidad fue condenada a solo 5 años por el crimen en específico de Casimira Juárez.

En fin, que las audiencias comenzaron y se carearon varios personajes importantes como un par de vecinos que daban a conocer que Casimira no había sido la primera niña maltratada. Antes había pasado por ahí otra niñita de nombre Rosa, a quien vieron con sus propios ojos cómo la aventaba con fuerza y tiraba bruscamente al piso. Otra vecina decía escuchar claramente todos los días los llantos y gritos de la pequeña cuando la Bejarano la regañaba y golpeaba; sin embargo, a pesar de que la niña escapó a tiempo, cuando fue llamada a declarar y acompañada de su madre, negó todo el tiempo haber sido maltratada por la Bejarano.

Parece ser que la mujer cumplió solo un tiempo en la cárcel y Guadalupe salió a gozar de plena libertad, pero como podemos imaginar esta nefasta mujer cayó nuevamente en el horrible vicio y necesidad de provocar dolor en niñas; y al parecer, unas fuentes dicen que secuestró y otras que pagó por la ayuda de otra niñita llamada Guadalupe Pineda y para cuando la niña ya no le sirvió o tal vez ya hasta la había matado, entonces mandó por su hermana Crescencia.

La verdad no se sabe bien cuál fue primero, pero esos son los nombres que aparecen en diversas fuentes. Ambas fallecieron tras padecer los mismos métodos de tortura que Casimira (ya mencionados en la 1a parte) y la prensa hacía hincapié en que además le gustaba que las niñas se sentaran en hornillas con carbón al rojo vivo. La familia de las mismas niñas fue quien la denunció ante la policía.

Si hijo Aurelio, pieza clave

Al parecer esta vez la pieza clave fue nada más y nada menos que su propio hijo Aurelio; el joven no dudó (o si dudó, al final fue más valiente) en ir a testificar en la audiencia las cosas que su horrible madre les hacía a las niñas (y a él mismo). El juicio fue mucho más corto y logró que fuera sentenciada culpable rápidamente. Aunque él no se fue limpio.

Publicación del proceso judicial en La Gaceta Callejera, mayo de 1892.

Careo de 1892 con su hijo Aurelio Bejarano Martínez, esta fue la respuesta que dio Guadalupe a lo que juraba su hijo en la sala:

GMB: Bien se dijo que esta acusación que sobre mí has lanzado  hará que concluya mis días en prisión, pero nada diré respecto de su falsedad, te perdono. Los hombres me condenarán, pero Dios que ve en el fondo de los corazones, tendrá en cuenta el sacrificio que hago en contra de mi libertad para que tú te salves.
Quien sabe si tú fueses el que golpeó a Crescencia y ahora mirando el cargo, me achacas a mí tus obras…
La Gaceta Callejera: ¡Qué terrible debe ser para esa infeliz verse acorralada por su propio hijo! Ninguna esperanza le queda de poder hallar a alguien que la consuele, que la vea siquiera sin horror. sus mismas compañeras de cárcel rechazaron su sociedad y se ve obligada a permanecer en tan triste encierro, sin más compañía que sus remordimientos. Quizá en aquellas largas noches de prisión y en reproducirse aquellas escenas del martirio de una inocente criatura y su imaginación le presente el yerto cadáver de Crescencia por un lado y por el otro los útiles del tormento y en el silencio de su triste encierro le parezca escuchar el llanto y los gemidos que el sufrimiento arrancaba de la desgraciada víctima.

Por muy criminal y muy cruel que se suponga a una gente, no es posible llegar hasta el punto de creer que le falte siquiera un ……… en que el recuerdo de su crueldad y el remordimiento de su crimen vengan a causarle un martirio atroz.

No es posible negar a esta infeliz mujer la compasión que su triste estado tiene que inspirar. La expiación, sea la que sea, no tardará mucho en castigar su crimen. Pronto la justicia humana pronunciará su fallo.

Así lo narraba la Gaceta Callejera, una publicación que solo se imprimía cuando la noticia u ocasión lo ameritaba.

Desde luego el chisme corrió nuevamente por la ciudad y dicen que cuando la trasladaron a la cárcel de Belén, donde también se le juzgó, llovieron piedras sobre el carruaje.

Photo by Historia/Shutterstock (9845552a) The Lynching of La Bejarano Mexico — Guadalupe Martinez De Bejarano Sadistic Murderer of Young Girls. Engraving by Jose Guadalupe Posada in Posada, Printmaker to the Mexican People.

Ahora sí, cuando fue ingresada a prisión, efectivamente estuvo a punto de ser asesinada por las presas que querían vengar a esas niñas que sufrieron tanto, tuvieron que aislarla totalmente del grueso de la población. Pasaron algunos años y la llamada fiera inhumana o mujer verdugo no cumplió su sentencia de 10 años pues murió poco antes, al parecer de causas naturales.

Por cierto a su hijo Aurelio también lo condenaron a dos años en prisión por la inacción al saber de estos crímenes, o complicidad como se diría hoy.

Y esa es la historia de la temible Bejarano, obviamente personaje en el que muchos padres y madres se fueron inspirando con los años para asustar a los pobres niños que no obedecían y se portaban mal. En el imaginario popular mexicano, la Temible Bejarano definitivamente se convirtió en algo así como una tenebrosa y cruel bruja que mataba y quemaba a los niños y a mujeres que posteriormente realizaban actos parecidos se les comenzó a apodar «Las Nuevas Bejarano».

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