El tema más importante que ocupaba a los investigadores en ese momento era el intento de asesinato contra el noble Nikolai Andreevich Tyutchev.
Después de un tiempo cuando la solitaria y amargada Daria tuvo ánimos de rehacer su vida, comenzó a verse con otro noble llamado Nikolai Tyutchev; con él mantuvo una relación amorosa durante un buen tiempo, pero finalmente prefirió casarse con otra. Saltykova se sintió naturalmente muy insultada, pero como era ella no se quedaría solo con un berrinche, sino que atentó tres veces contra su vida y la vida de su esposa.
La 1ª ocasión preparó una bomba artesanal con la ayuda de sus siervos, Saltykova ordenó colocarla debajo de la casa en la que vivían Tyutchev y su esposa, pero el intento fracasó. Lo volvió a intentarlo una 2ª vez, pero volvió a salir mal ya que los campesinos (que a diferencia de ella, sí tenían corazón) temían cometer un asesinato, además que se trataba de un noble.
Saltykova tenía bien vigilado a su ex amante y sabía que pronto debería partir hacia Tambov por asuntos oficiales y decidió no perder esta oportunidad. Ahora sí envió a más de una docena de siervos a una emboscada para matarlo. Pero no contó con que uno de sus campesinos enviaría una carta anónima advirtiéndole de la trampa a Tyutchev. Así que haciendo caso a la carta el noble de profesión topógrafo contrató a un grupo de vigilancia. Cuando Daria supo que Tyutchev llevaba vigilancia decidió posponer sus planes y canceló el 3er intento. Los investigadores consideraron confiable la información sobre el intento de asesinato de Tyutchev, y también fue declarada culpable de «ataque a la vida del capitán Tyutchev».
Un intento de torturar a la torturadora
Otro dato bastante llamativo fue que cuando se encontraban en el proceso de si la torturaban o no, en el que Volvkov insistía con ímpetu, el Consejo de justicia optó por una treta que según ellos no podría fallar.
En algún momento Saltykova había sido convencida de ser torturada, debido a la insistencia de sacerdotes y otros funcionarios; pero como al parecer seguía estando prohibido torturar personas en ese breve lapso de ética y moral ruso, además de que el apellido Saltykova seguía pesando bastante; decidieron llevarla a la casa de un oficial de la justicia en donde le dijeron que ahí realizarían el método, pero en realidad no la iban a torturar a ella sino a otra persona (no se tiene registro de quién era o porqué se eligió, solo se sabe que había otro que iba a ser torturado) Y entonces creían que ella, al ver cómo torturaban a esa persona, se ablandaría y confesaría sus crímenes.
Por su puesto que esto tuvo un fabuloso resultado de CERO éxito. Ella Solo sonrió y dijo que ella no tenía que confesar nada y se quedó tan tranquila. Ese sí fue como “¿cuál es el colmo de una torturadora?”
Un curioso y extraño detalle más dentro de este caso.
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